EDUCACIÓN INICIAL - CAMPUS
Las habilidades emocionales tienen gran importancia en la vida de nuestro hijo(a), en las relaciones interpersonales, capacidad para sentirse bien con uno mismo y posibilidad de
satisfacernos plenamente en la vida. En este sentido debemos comprender la gran oportunidad que tenemos los adultos de mejorar las posibilidades de nuestros niños si enriquecemos y conducimos adecuadamente sus experiencias emocionales.
La sonrisa es la universal expresión de satisfacción del hombre. A través de la sonrisa comunicamos y transmitimos sentimientos agradables.
La sonrisa es la puerta que abre paso a esos sentimientos positivos, que recordamos, disfrutamos, compartimos, etc. No olvidemos que las mejores amistades, el amor, es la mejor experiencia afectiva se inician con una sonrisa.
Debemos de brindar oportunidad para expresar sus emociones. Las emociones agradables permiten al niño sentirse positivo, además le ayuda a responder de modo saludable a las tensiones de la vida diaria.
Debemos de ayudar a identificar las emociones porque éstos influyen en el comportamiento ,conocer las emociones negativas puede ayudarnos a controlar mejor el efecto negativo.
Identificar sus emociones o sentimientos, le permitirá comprender lo que está experimentando y desarrollar una actitud positiva y constructiva .La vida en el hogar brinda oportunidades para propiciar en los niños el encuentro de las emociones:
¿Cómo te sientes por lo que ha pasado?
¿Te ha molestado que no te haya comprado lo que te prometí? El niño ha referido no cenar como protesta de la promesa incumplida.
No es difícil lograr que el niño identifique sus emociones y las situaciones que le motivan. El niño tiene la capacidad de analizar las situaciones que se le presentan.
Un padre aleja a su hijo, cuan éste se acerca buscando contacto afectivo.
- ¡Estoy molesto contigo! ¡Ahora no, después!
Para ese niño el abrazar a su padre, implica ser rechazado, si antes la madre pudiera haberle contado al padre las quejas del día.
Una madre, no se explica porqué no tolera las muestras de cariño de sus hijos y lo difícil que es la para ella darles caricia y ternura, llegando a reprimirlos cuando se acercan cariñosos. Darles los alimentos a la hora, ropa limpia y planchada, llevarlos al médico, ayudarlos en las tareas escolares, etc.
La madre refiere haber tenido una infancia de carencias afectivas y maltrato. Sin sus padres quienes le dieron escasa estimulación afectiva y poca ternura.
Reprimir los afectos significa además un problema mayor para el desarrollo de la personalidad al generar sentimientos negativos o desventajosos o dificultad para desarrollar sentimientos positivos.
La represión de los afectos dificulta el aprendizaje de habilidades para la expresión corporal, significa un problema mayor para el desarrollo de la personalidad.
Esta represión y maltrato que algunos niños reciben de sus padres, puede generar y fortalecer el desarrollo de sentimientos negativos, como el rencor, amargura y frustración.
Otros sentimientos que genera desventaja y están presentes en muchos niños maltratados, son la inseguridad y ansiedad.
Cuando los niños reciben permanentemente críticas menospreciativas y comparaciones humillantes empiezan a sentir ansiedad y temor.
Cuando los niños en el aula, muestran serias dificultades para desenvolverse con seguridad y confianza en sí mismo. La consecuencia de vivir en hogares represivos va más allá del problema, pueden encontrar diversas dificultades relacionadas a su desempeño y el logro de éxitos.
SUBDIRECCIÓN DE FORMACIÓN GENERAL